Cheesecake es un pastel cuyo ingrediente principal puede
ser el requesón o queso crema o queso quark.
Siempre va montado sobre una capa o costra hecha de galletas
trituradas, galletas Graham, o bizcocho que puede ser horneado o sin hornear.
La base estilo repostería, es horneada, y este pastel de queso es mucho más
ligero que uno tradicional no cocinado.
Ingredientes
Para la base de bizcocho genovés:
4 Huevos a temperatura ambiente
120 gr. de Azúcar blanquilla
120 gr. de Harina de repostería
Una pizca de sal
Para el relleno y la gelatina:
2 Mangos grandes
50 gr. de Azúcar
4 hojas de menta fresca
200 gr. de Queso cremoso
200 gr. de Nata para montar muy fría
80 gr. de Azúcar glass
8 Hojas de gelatina para la crema de queso
3 Hojas de gelatina para la gelatina de mango
Para decorar:
50 gr. de Chocolate blanco picadito
1 Lima
3 Physalis
Molde desmoldable redondo de 20 cm de diámetro y 7 cm de alto
Elaboración
Para elaborar la plancha de bizcocho genovés:
Separamos las claras de las yemas. En un bol limpio y
seco, batimos las claras a punto de nieve. Por otra parte batimos las yemas
junto con el azúcar hasta que blanqueen. Le agregamos entonces las claras
montadas, mezclando suavemente con una espátula, con movimientos envolventes
desde afuera hacia el centro.
Colocamos la harina en un tamiz o colador fino, y se la
vamos añadiendo poco a poco a la preparación, mientras vamos mezclando
suavemente con la espátula.
Ponemos la masa sobre una bandeja con papel de horno, la
extendemos uniformemente, y horneamos 10 minutos a 170º C (con el horno
previamente calentado). Dejamos enfriar la plancha de bizcocho sobre una
rejilla.
Cuando esté frio, cortamos un círculo de unos 18 cm de
diámetro ( un poco más pequeño que la base del molde) y lo reservamos. El resto
de bizcocho que os sobre, lo podéis utilizar para hacer unos Cake pops.
Para elaborar la crema de mango y queso:
Lo primero que vamos a hacer, es poner las 8 hojas de
gelatina en agua fría, para que se hidraten. Seguidamente vamos a montar la
nata en un bol junto con el azúcar glas, no es necesario que esté demasiado
firme, es mejor que esté semimontada. Reservamos en la nevera.
Por otro lado pelamos los mangos y le cortamos toda la
pulpa en dados o trozos no demasiado grandes. Los ponemos en una cacerola al
fuego junto con los 50 g de azúcar. Cocemos unos 10-12 minutos a fuego medio,
removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera. Retiramos del fuego, y
pasamos el contenido al recipiente del túrmix. Trituramos bien, hasta que nos
quede un puré fino y sin trocitos.
Del puré obtenido, apartamos unos 200 g aproximadamente,
que serán los que utilicemos para elaborar la gelatina que va en la parte de
arriba. El resto del puré, lo ponemos de nuevo en el cazo y volvemos a
calentarlo. Retiramos del fuego y le agregamos la gelatina bien escurrida,
removemos a conciencia hasta que se integre por completo y no queden grumos.
Pasamos la preparación a un cuenco grande, y dejamos reposar unos minutos para
que se temple un poco.
Mientras tanto, en un bol batimos el queso crema
ligeramente con unas varillas, para que esté más cremoso y no tan pastoso. A
continuación mezclamos el queso crema con el puré de mango, removiendo muy bien
con las varillas para que se incorporen los dos ingredientes.
Por último sacamos la nata semimontada de la nevera y se
la incorporamos también a la mezcla, en dos o tres veces, primero una parte,
mezclando suavemente, y a continuación el resto. Dejamos reposar unos 5
minutos, y vertemos la preparación en el interior del molde, dejando un poco de
espacio en la parte de arriba para la gelatina que pondremos después, es decir,
no llenamos el molde hasta los bordes. Reservamos en la nevera hasta que cuaje.
Cuando esté cuajado, prepararemos la gelatina de mango.
Para la gelatina de mango:
Ponemos a hidratar las dos hojas de gelatina, para que se
ablanden.
Lo ponemos en un cazo, y lo calentamos bien, pero sin que
llegue a hervir, vamos removiendo con la cuchara. Retiramos entonces del fuego,
y le añadimos la gelatina bien escurrida, removiendo hasta que se disuelva.
Sacamos el cheesecake
de mango de la nevera y vertemos la gelatina de mango por encima, en la
parte superior, alisando con una espátula recta, de modo que quede bien lisa y
uniforme. Guardamos de nuevo en la nevera para que cuaje.
Pasadas como mínimo 6 horas, mejor si lo dejamos toda la
noche, sacamos la cheesecake de la nevera y con cuidado abrimos el molde y
desmoldamos.
Para decorar:
Utilizaremos el chocolate blanco que antes habremos picado
muy pequeñito, y lo iremos pegando poco a poco por todo el alrededor de la tarta.
Y para finalizar encima de la tarta pondremos dos Physalis y
una rodaja de lima.
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